Las calles de Guiyu
se han convertido en un vertedero bien organizado con un denominador común:
todos los desechos tienen origen electrónico. Hasta aquí viajan, de vuelta,
muchos de los aparatos que han dado sentido a la era de la globalización.
El asfalto está cubierto por montañas de desechos
clasificados que, como una plaga, se introducen incluso en los edificios grises
de hormigón desnudo que dan a Guiyu una fealdad uniformada. De las ventanas
salen monitores de televisión, teclados, módems, placas madre y sus hijos los
chips, como si las viviendas sufrieran un empacho electrónico y vomitaran sus
componentes.
«Queremos proteger a nuestros hijos de una muerte lenta», dicen vecinos
en guerra contra el reciclado
Los trabajadores de los talleres de procesado ganan seis euros diarios
más que un agricultor.
(Fuente:www.hoy.es)
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